La baja autoestima es mortal

La baja autoestima es mortal

Dic 31, 2018 0 Por Omar El Bachiri

La autoestima puede ser buena o mala. Dependerá de tus circunstancias personales para que elijas una u otra. En este artículo te voy a explicar lo perjudicial que es escoger la mala. Quiero dejar bien claro que es un elección porque, los sucesos no son ni buenos ni malos, son neutros. Es nuestra actitud la que determinará si nos beneficia o nos perjudica.

Tener baja autoestima: es perjudicial porque hace que interpretes el entorno social de una forma pesimista y en tu contra. Generalizas las situaciones y dejas de usar la mente crítica para dar paso a la reactiva (acción – reacción). No te cuestionas el por qué suceden esas situaciones, simplemente, crees que como ha pasado hoy, mañana también volverá a pasar. Si has discutido con tu pareja en el coche, mientras estabais de camino hacia vuestro destino, ya vas a asociar ir en coche con ella, con discutir. Solo porque en esa ocasión lo hicisteis. No tendrás en cuenta otros factores, como pueden ser que ese día, había retenciones, tenías un mal día, hambre, estabas cansado, etc. Tu mente como no es crítica, no filtra la información y todavía menos la razona.

Crees que la gente conspira contra ti y te vuelves desconfiado. Piensas que sólo te buscan por interés (familia, amigos, conocidos, etc). Como has dejado de lado la mente crítica y usas la reactiva, cualquier observación que te hagan, te la tomarás como algo personal y te pondrás a la defensiva. Responderás agresivamente. Para superarlo, aumentarás tu nivel de exigencia desmesuradamente y te volverás poco realista. Te pondrás metas demasiado altas o te darás poco tiempo para alcanzarlas.

Esta forma de actuar te llevará a ser perfeccionísta y a tener cero tolerancia a la frustración, o las cosas salen como las planeas o no son aceptables. Con el paso del tiempo, viendo que no consigues lo que te propones, vas a juzgarte como una persona inútil, perezosa y poco calificada. Esto te lleva a renunciar a cualquier reto que te propongas, los evitarás, por miedo a fracasar.

Ten presente que la conducta está condicionada por tres factores: el autoconcepto, la resiliencia y el locus de control. Según sean estos, así será nuestra forma de comportarnos y afrontar los sucesos del día a día.

– Autoconcepto:  es la opinión que tengo sobre mi mismo. Puede ser negativa o positiva. Es cómo percibo mi forma de pensar, amar, sentir y de comportarme con los demás. Nuestro comportamiento está determinado por la idea que tenemos de nosotros mismos y, por lo tanto, desempeña un rol importante en el estrés personal. La persona que no tiene mucha seguridad en sí, es  más proclive al estrés que aquella que si la tiene. ¿Tengo iniciativa propia, soy curioso, pregunto cuando tengo dudas, me importa demasiado la opinión de los demás, tengo miedo a equivocarme ?

– Resiliencia: es la capacidad que tenemos para recuperarnos después de una mala situación. Esta ya ha pasado y volvemos al estado emocional anterior, si éramos una persona alegre y optimista, volvemos a ese mismo estado. No es ser inmune a los acontecimientos de la vida, como la muerte de un ser querido, una ruptura sentimental, una mala situación laboral, no. Sólo que aceptamos los reveses de la vida, no vamos en contra de ellos. Lo que nos ha pasado, nos ha marcado pero no nos condiciona.

Te pongo el ejemplo del muelle para que lo entiendas mejor: lo puedes presionar durante horas o días pero en cuanto dejas de hacerlo, vuelve a su estado anterior. Pues esto es ser resiliente. La vida me pone a prueba pero una vez a acabado, vuelvo a estar como antes. Siendo así, nunca darás nada por hecho, te lo cuestionarás todo y usarás la mente crítica. Serás consciente de que después de un ¿por qué? le sigue un ¿para qué?

– Locus de control: puede ser interno o externo.

  • Interno: la persona percibe que lo que ha ocurrido es gracias a su comportamiento y tiene control sobre las consecuencias externas. Atribuye su felicidad a sí mismo. Si quiere ser feliz o cualquier otra cosa, puede trabajar en ello y conseguirlo.
  • Externo: la persona percibe que lo que ha ocurrido es independiente de su conducta. Que no depende de ella. Por lo tanto, el individuo asocia al azar, a la suerte o al destino, el acontecimiento ocurrido. Atribuye su felicidad o situación actual a otra persona, objeto o causa.

Te dejo el ejemplo de las elecciones presidenciales para que lo entiendas mejor:  si cuando hay elecciones en tu ciudad, piensas que no tienes control sobre la elección del partido político que va a gobernar, es posible que no hagas nada para cambiar la situación, ni siquiera ejercerás tu derecho a voto. En cambio, si piensas que tu voto es importante para la elección de un nuevo gobierno, es posible que estés motivado para cambiar el panorama político e incluso, salgas a manifestarte cuando algo no sea de tu agrado.

La sensación de no poder controlar un evento, genera un estado de confusión y paralización que impide a la persona luchar por sus objetivos. Es lo que se denomina indefensión aprendida.

– Indefensión aprendida: es cuando una persona ha aprendido a no defenderse, ha llegado a la conclusión de que haga lo que haga, la situación no va a cambiar. Ha asociado esfuerzo con fracaso. Con lo cual acepta su condición pasivamente. Esta se desarrolla de forma gradual y poco a poco te va agotando mentalmente. Ya sea en el trabajo , en la escuela, en casa, o en cualquier ámbito social. Serás consciente de la injusticia que estás sufriendo pero creerás que te la mereces y la aceptarás sin más. Te has vuelto sumiso.

Dos simples pasos para aumentar la autoestima:

1- Acepta tus defectos y trabaja en ellos, luego serán tus virtudes.

2- Ponte metas realistas, que no sean muy difíciles de conseguir pero tampoco muy fáciles.

Respecto al primer paso,  ¿crees que ta falta cultura general, tienes complejos físicos, eres inseguro, etc…? la respuesta es bien sencilla, lee libros de temáticas diversas, empápate de ellos. Empieza a practicar deporte, el que sea, no importa.

Respecto al segundo paso, primero analiza si el  objetivo es realista y si lo es, marca una ruta para alcanzarlo. Haz un balance de los beneficios y las pérdidas que te supondrá. Si el esfuerzo requerido merece la pena y te compensa, ponte manos a la obra.

Con estos simples pasos, en menos de un año, tu autoestima habrá aumentado.

 

Omar El Bachiri